Era al rededor de las 9 de la noche cuando me encontraba en mi casa, afirmando una vez más de lo malísima que es la televisión nacional, taranovelas, noticieros amarillistas o aquellos que se escudan en la señal con valor para emitir juicios de los hechos políticos, afortunadamente unos amigos pasaron a “sonsacarme” y dar el rol, un rato, solo un rato.
Mientras dábamos algunas vueltas por la ciudad y platicábamos de los pormenores del ultimo fin de semana, caímos en un bar cerca de Las Tarascas, aquí en la ciudad de Morelia; “un bar nuevo” y según los chismes de Alex “un bar gay”, pues vamos “haber que tal esta el lugar”, nos acabamos las chelas en turno, nos vimos al espejo y bajamos del coche; el bar se encuentra, (o se encontraba, ya sabrán más adelante por que) justo al terminar el acueducto, arriba de unos baños públicos, a un lado del bar, en una casa varios chicos y chicas de despedían, al parecer la peda la iniciaron desde temprano, si, de esas peda que surgen al salir de la escuela.
Entre platica, amaneramientos y coqueteos terminamos nuestra jarra de cerveza, para ese momento ya habían entrado dos hombres más al bar, hablaron un momento y se acerca el dueño a nuestra mesa, “lo siento mucho jóvenes, pero se van a tener que retirar, como les dije, tengo problemas con los vecinos y me viene a cerrar el lugar”, tristes y yo demasiado molesto salí del lugar mentando madres…. Cómo es posible que los vecinos se quejen de un lugar en donde independientemente de las preferencias sexuales no permitan, un lugar de diversión a los jóvenes además de generar empleos, pero eso sí, de los baños públicos no hay problema, esos pueden permanecer abiertos otros 5 años más y no hay problema.
Todos sabemos y el que no, se hace pendejo, que los baños públicos son un lugar de encuentro, claro solo en una sociedad mocha o de doble moral se da esto, lo tolero en ciertos lugares y me hago como el tío Lolo, pero ¿qué haya un bar gaaaaaay cerca de mi casa, cómo?
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